Los Yankees remodelan un estadio de béisbol y softbol en Boca Chica
SANTO DOMINGO. En el argot de la industria beisbolera estadounidense, a Boca Chica se le conoce como el Silicon Valley de los peloteros latinoamericanos (un símil con la zona californiana que es el corazón mundial de la tecnología), ya que el municipio acoge las academias continentales de 20 de los 30 equipos de la Major League Baseball (MLB).
Pero fuera de esas instalaciones privadas, la escasa infraestructura deportiva de la comunidad está deteriorada. Ayer, los Yanquis de Nueva York cumplieron la petición de las ligas de béisbol y softbol de la zona, al entregar un remozado estadio Roberto Pérez Ponce, a escasos metros de la playa.
Con una inversión que superó los US$90 mil, la novena más emblemática del béisbol entregó una instalación a la altura de su nombre, con dugouts con asientos de madera, grama y arena similar al que utiliza en sus facilidades, baños para damas y caballeros, además de dotarlo de una oficina administrativa.
“Lamento no haberle hecho una foto a esto como estaba cuando vinimos a verlo, pero la diferencia es impresionante”, dijo Félix López, vicepresidente ejecutivo y jefe de operaciones internacionales de los Yanquis. “Es solamente una gotita que estamos dando, a lo que este país nos ha dado como organización a través de la historia. Queríamos hacer algo en el que los jóvenes pudieran jugar sin lesionarse, y esperamos que lo cuiden”.
Joel Pérez Lithgow, director de operaciones del equipo en el país, explicó que en la solicitud se pedía “un lavado de cara”, pero una vez el equipo asumió el compromiso como parte de su responsabilidad social, emprendió unos trabajos que incluyeron la instalación de mallas, pintura y terreno. Los dirigentes de las ligas que operan en el estadio se comprometieron a darle el mantenimiento de lugar, y para ello crearon un comité integrado por ex jugadores y entrenadores que vigilará su uso.
A la actividad asistieron personalidades municipales, como el alcalde Daniel Ozuna.
¿Vuelve A-Rod?
Alex Rodríguez ya entrena en privado en la Florida y Los Ángeles, y ha reiterado que será el antesalista de los Yanquis la próxima temporada, tras cumplir una suspensión de un año por su vinculación al escándalo de dopaje de la clínica Biogenesis.
López, esposo de una hija del ex dueño de los Yanquis George Steinbrenner (Jessica), prefirió no adelantarse a cómo se reanudará la relación entre el jugador y el equipo. “Esas son cosas que en realidad yo me reservo, porque no sabemos a ciencia cierta lo que va a pasar”, dijo.
Al toletero le quedan US$61 millones en su contrato hasta 2017, y podría sumar un bono de US$6 millones si conecta los 46 cuadrangulares que restan para los 700.
Post a Comment