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Águilas Cibaeñas conmemoran 50 Aniversario primera corona en Béisbol Invernal

Las Aguilas Cibaeñas conmemoran esta temporada el 50 aniversario del primer título de campeón alcanzado a partir del beisbol profesional otoño invernal dominicano, cortando la racha negativa más larga de su historia sin ganar un campeonato.  

Un largo trayecto de casi trece años, en la que se jugaron diez campeonatos, asistiendo a cuatro frustrantes finales, tuvo que esperar la ardiente fanaticada cibaeña  antes de saborear por primera vez el néctar de la victoria  en la pelota invernal nativa, barriendo en cinco juegos a los rojos del Escogido.

Los cibaeños que se habían estrenado como monarcas en el torneo veraniego de 1952 (25 de septiembre de 1952) obtienen este primer título de invierno en la temporada 1964-65, (26 de enero de 1965). 

Era la segunda etapa del beisbol profesional dominicano con punto de partida en la campaña 1955-56. Las Aguilas ganan después de varios años jugando en estadios bajo luces: Quisqueya (1957), Cibao (1958) y Tetelo Vargas (1959).

Además se agotaba la segunda temporada de juegos interligas con el circuito invernal de Venezuela, eventos donde las Aguilas registraron su primera participación internacional.
Como principales responsables de este primer título alcanzado en la justa invernal 1964-65, hay que dar crédito al presidente del equipo  Reynaldo- Papi- Bisonó, desde la oficina y al manager norteamericano Al Widmar, desde el terreno.

Pappy Bisonó, quien sustituyo al ingeniero Juan Sánchez Correa en la presidencia del club,  antes algunos inconvenientes con los peloteros de los Piratas de Pittsburgh, decidió contratar a la mayoría de los jugadores importados de la organización de los Angelinos de California.

Las cuyayas que finalizaron en tercer lugar de la ronda regular (27-26), detrás de Leones y Tigres, comenzaron con la Virgen de La Altagracia, el 21 de enero de 1965, a tejer su primera corona invernal al completar la barrida en los tres juegos contra los felinos en la semifinal.

Contra todos los pronósticos de la final que daba favorito al poderoso conjunto escarlata, el equipo representativo de la rica región del Cibao, aplico la misma dosis a los escogiditas al barrerlo en los cinco partidos de la serie pactada a un máximo de nueve.

Una  parte del grupo californiano adquirido por Papi Bisonó fueron los serpentineros  Dan Osinski, Morris Steven y Earl Francis, que silenciaron la ofensiva de los capitalinos  combinándose para dejarlos en 15 hits y solo tres carreras durante la serie.
Otro punto clave de las Aguilas fue la adquisición del pitcher criollo Ruddy Hernández, que paso a fortalecer el bullpen mientras Osinski se movía a la rotación abridora.

Hernández tuvo 1-0 en la serie haciendo un espectacular relevo en tres salidas sin permitir anotaciones, mientras que el norteamericano obtuvo dos victorias en la final. El criollo,  jugaba desde 1960 en la liga invernal puertorriqueña como nativo, ya que los escarlatas habían desistido de sus servicios.

También del grupo californiano brillaron en la ofensiva el guardabosque Ed Kirpatrick, líder bate de la final con 529, el cátcher Orlando McFarlane, campeón jonronero de la liga por segundo año corrido, que  conecto para 368.

 Mientras que el prospecto angelino Willie Smith, jardinero y lanzador, pego par de cuadrangulares y el inicialista cubano Panchón Herrera remolco cuatro vueltas para liderar la final.

Además ayudaron los boricuas  Julio Navarro, lanzador y Arturito López, patrullero central, que se sumaron al equipo para el cierre de la contienda. También Mel Schaal y Dick Simpson, se cuentan entre los refuerzos contratados por Bisonó y los cibaeños.

Los principales actores criollos fueron el estelar Julián Javier, pese a tres juegos de suspensión debido a una acalorada discusión con el árbitro Emmett – Patadita- Ashford, el antesalista Winston–Chilote-Llenas, el torpedero Roberto Peña y el veloz jardinero Víctor Ramírez.

Félix Santana, Alfonso Martínez, Novato del Año,  y Oscar –El Caballo- Ureña eran los sustitutos en la banca, mientras eran relegados al bullpen los serpentineros derechos Octavio Acosta y Gerardo Martínez.

Las Aguilas revalidaron la corona de campeones en 1966-67 tras una tercera e inesperada pausa en el historial de la contienda peloteril, debido al estallido de la revolución de abril.

Con estos triunfos el conjunto aguilucho acabo con la hegemonía de los equipos capitalinos, Escogido y Licey, que se habían repartido el pastel de la pelota criolla desde aquella primera corona cibaeña en el verano de 1952. 
50 aniversario Revolución de Abril :

CIBAEÑOS PASARON GUERRA DE ABRIL CON LA CORONA

El conjunto de las Aguilas Cibaeñas pasó la guerra de abril con la corona en su poder. La crítica situación socio-política del país,  había malogrado el torneo correspondiente a 1965-66 y en ese entonces dejaba sin pelota profesional a los dominicanos por tercera ocasión en los últimos cinco años.

Tras estabilizarse la situación política del país al año siguiente se reanuda el beisbol profesional con el torneo correspondiente a la temporada 1966-67, con la Aguilas defendiendo por primera vez una corona invernal.

Pappy Bisonó, aunque fue artífice en la conformación del equipo, había cedido la presidencia al doctor Juan Lawrence Vásquez. Los campeones nacionales bajo la rienda de Pete Peterson ganaron la vuelta regular (34-24) tres juegos por encima de los Leones (31-27) y seis de las Estrellas (28-30). Licey tuvo una pobre actuación (25-35)  y termino en el frió sótano.

Las Aguilas esperaron en la final a los Leones del Escogido que vencieron en cuatro juegos a  los elefantes en la semifinal. Durante la espera se fortalecían con la contratación del cotizado prospecto de los Piratas de Pittsburgh George Spriggs en sustitución de Bob Oliver.

Además los cibaeños, cuyos grueso de importados procedía de nuevo de los bucaneros, incluyendo al manager Peterson, inscribieron al pitcher Fred Beene de los Orioles, en lugar del zurdo criollo Julio Cesar Imbert, con la protesta de los contrarios. Beene fue clave salvando dos juegos en la serie.

Un solidó equipo aguilucho salió a defender la corona. El poder descansaba en los bates del antesalista  Winston –Chilote- Llenas y el primera base Bob Robertson, que conectaron diez jonrones cada uno en la ronda regular.

Tenían velocidad y buena defensa con el segunda Julián Javier haciendo combinación con Roberto Peña y los jardines patrullados por George Spriggs, Don Bosch y Víctor Ramírez.

El cuerpo monticular lo encabezan los zurdos Jim Shellemback y Dave Roberts, unidos a los derechos Dock Ellis y John Gelnar que ganó dos juegos de la final. Además contaron con la contribución de los criollos Octavio Acosta, Secundino Almonte y Geraldo Martínez.

Con una serie pactada el mejor de nueve juegos la tropa aguilucha, perdió los primeros dos, pero hizo un espectacular repunte ganando los siguientes cuatro corridos y terminar con cinco triunfos de seis desafíos para retener la corona.

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