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El Quisqueyano Santiago Casilla más maduro aportando en grande para los Gigantes

SAN FRANCISCO - Calma, emoción y pasión son tres conceptos que no necesariamente pertenecen en una misma oración, pero para Gregor Blanco una de las mejores cosas deSantiago Casilla este año es que ha sabido conjugar todas esas cosas. Y mucho más.
"La verdad es que él vive la pelota con pasión", definió el veloz jardinero venezolano refiriéndose al cerrador dominicano de los Gigantes de San Francisco. "En ese último juego de la Serie Divisional se le notó realmente tranquilo y a la vez valiente. Después le rezaba a Dios, agradeciéndole por mantenerlo calmado".
Casilla, que se ha paseado exitosamente por varios roles desde que fuera adquirido por los Gigantes bajo un contrato de las ligas menores el 14 de diciembre de 2009, es una de las principales razones del porqué su equipo pudo levantarse de un letargo a mediados de temporada y de que llegase a la postre a una tercera Serie de Campeonato de la Liga Nacional en apenas cinco años.
Sacudido por una lesión en la corva que lo mantuviera de acción por alrededor de tres semanas, Casilla retornó con renovados bríos no solamente en su propio rol de preparador de camino del cerrador Sergio Romo sino como taponero de la novena, un papel que había desempeñado exitosamente en el pasado.
Sus números a lo largo de 54 juegos fueron simple y llanamente contundentes. Salvó en 19 de 23 oportunidades, pero lo más impactante es que su efectividad de 1.70 fue la mejor de lo que va de su trayectoria en el Béisbol de Lujo.
"Primero que nada, quisiera hablar del tremendo trabajo que ha hecho Romo, preparándole el camino a Casilla, poniendo a un lado su propio ego", comentó el dirigente de los Gigantes, Bruce Bochy, antes de que su equipo viajase a San Luis para medirse a los Cardenales. "Y Casilla, con su experiencia adicional, estuvo listo para asumir el rol de cerrador. Nos sentimos afortunados de contar con él".
Bochy no tiene la menor duda de que Casilla, un relevista que se caracterizaba por ser un lanzador de recta relampagueante y muy buena slider en sus primeros años con los Atléticos de Oakland, ha madurado mucho como serpentinero.
"Combina muy bien todos sus envíos, incluyendo un cambio que tira de vez en cuando", analizó Bochy a una pregunta de LasMayores.com. "Es un tipo mucho más listo. Ya no es solamente un lanzador de poder".
Por su parte, Casilla, de 34 años de edad y debutante en las Grandes Ligas con los Atléticos en 2004, considera que la experiencia, los buenos consejos y el trabajo duro le han convertido en un lanzador muy diferente a aquel que era aporreado por los bateadores en 2009 al punto de que su efectividad de 5.96 ha sido la peor de su trayectoria en la Gran Carpa.
"Pienso que los bateadores me mataron en 2009", comentó Casilla en la práctica final de los Gigantes antes de viajar a San Luis para iniciar el sábado la Serie de Campeonato frente a los Cardenales. "En Oakland tiraba con mayor velocidad, pero Dallas [el zurdo Braden] me decía que todos mis pitcheos eran rectos".
Al retornar a la República Dominicana para la temporada quisqueyana 2009-10 recibió un consejo que posiblemente le cambió su vida como lanzador para siempre.
"Ricardo Rodríguez, un compañero de equipo, me recomendó cómo tirar una curva. Ese lanzamiento me ha ayudado mucho. La puedo tirar ahora a unas 80 millas por hora, combinándola con mi slider a 91, mi cambio de velocidad a 89, y mi recta que a veces es de 94-95 millas".
Sin embargo, sintió que no tenía lo mejor de su repertorio al medirse a los Nacionales de Washington en el cuarto y último encuentro de la Serie Divisional, ganado por los Gigantes en el AT&T Park de San Francisco por una sola carrera de diferencia.
"Me dije 'Casilla, tómalo con calma"", admitió el dominicano. "Con [Bryce] Harper sabía que si me equivocaba nos podía salir caro. Esa es una diferencia con respecto el año pasado. Ahora pienso más en cómo trabajar a los bateadores, en cuáles son los que vienen en cada inning, en quién batea después. Siento que soy un poco más astuto con mis lanzamientos. En ese turno me dije '¿quieres hacer swing?, entonces anda a hacerlo en la primera base. Me sentí mejor lanzándole al derecho [el venezolano Wilson Ramos] que venía detrás".
En cuanto al rol de taponero, ya tenía la experiencia de 25 juegos salvados en 2012 y 39 en total en las Grandes Ligas antes de 2014, pero no se mete en la mente que sea un cerrador.
"Solamente me gusta ganar. Simplemente, soy un lanzador que trabaja para los Gigantes de San Francisco. "Así se lo dije a Sergio [Romo], que no se sintiera mal, que yo solamente quiero hacer mi trabajo en el inning en el que sea necesario", agregó el hombre que fuera un hombre clave en el título ganado por la República Dominicana en el III Clásico Mundial en 2013.
Y nadie debe pensar que Casilla no se siente emocionado por salvar un juego, aunque su comportamiento físico al hacerlo no se parezca al expresivo del propio Romo cuando era el cerrador de los Gigantes o su paisano Fernando Rodney al disparar una flecha al aire luego de ponerle punto final a un partido de los Marineros de Seattle.
"Sí me siento emocionado, pero trato de contener eso dentro de mí", explicó Casilla. "Depende de cómo me sienta. No voy a demostrarlo solamente para que la gente se dé cuenta, pero realmente sí me emociono bastante".
MLB.com

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