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LIDOM mueve de 3,000 a 4,000 millones de pesos al año

SANTO DOMINGO. Aún no se ha cuantificado, pero lo que sí está claro es que, entre lo formal y lo informal, el béisbol profesional dominicano mueve miles de millones de pesos.
No se trata sólo de las boletas, la cantina, venta de indumentaria de los equipos, sino también de los que venden las gorras afuera de los parques de béisbol, fritangas y cornetas.
El presidente de la Liga Dominicana de Béisbol (Lidom), Leonardo Matos Berrido, no habló de una cifra precisa, pero sí de por dónde ronda el movimiento económico. “Hay varios supuestos, se habla de tres a cuatro mil millones de pesos que mueve el béisbol cada año”, dijo.
El presidente de la Liga fue el invitado principal de Diálogo Libre, que organiza DL, encuentro al que asistió junto Quilvio Hernández y Miguel Guerra, presidentes de los conjuntos Águilas Cibaeñas y Tigres del Licey, respectivamente.
La cifra mencionada, sostiene Matos Berrido, incluye, por ejemplo, desde el que vende las gorras pirateadas hasta el que las fabrica. Eso es sólo un capítulo de tantos tentáculos que generan ganancias gracias al béisbol; unos van a las arcas de los equipos, otros se quedan en la economía informal.
“Porque es que el béisbol mueve muchas actividades que ni la Liga ni los equipos no solamente no las controlan, sino que muchas veces hasta las desconocen”, apuntó Matos Berrido.
Tolerancia con la piratería
Una gorra original ronda los mil 500 pesos. La Liga, entiéndase los equipos, poco o nada hacen para combatir la competencia de la piratería, que en muchas ocasiones se encuentran vendedores, de gorras por igual, ofertándolas a unos 300 pesos.
No es sólo ese punto. Igual, pone de ejemplo Matos Berrido, cualquier ciudadano pone un puesto de venta de efectos con los logos de los equipos, los cuales “son propietarios de esos logos y propietarios de esas marcas” y, sin embargo, se venden sin que necesariamente vaya algún por ciento a la Liga.
“Hay tolerancia en gran extremo”, por parte de la Liga, reconoce Matos Berrido, quizá porque de momento ambas partes salen beneficiadas, el que gana con los logos de los equipos y estos mismos por la promoción de sus nombres.
El secreto de la ganancia
El rumor constante es que los equipos obtienen ganancias y si no es así, cómo logran sobrevivir. Ese dilema le llama la atención a Matos Berrido. “Yo a veces me río cuando oigo gente hablando de los beneficios que dan a los equipos. Ningún equipo reparte beneficios”, sostiene el presidente de la Liga, quien lleva más de 20 años al frente de la entidad.
Según explica Matos Berrido, en sus propias palabras, si hay una diferencia entre lo que ha invertido (un conjunto) en un campeonato y lo que obtiene, lo reinvierte en mejorar su equipo o la estructura de los estadios en muchos casos.
“Cierto. Cada año, en especial en la última década, la infraestructura de los parques va cambiando notablemente. En el caso del Quisqueya, se trabaja en un nuevo club house de visitantes. Lo que queda en un péndulo es entonces, cómo sobreviven a tanta inversión sin recibir nada a cambio, en especial si mueven miles de millones de pesos”, apuntó.
Sueños y dificultades en gestión de Matos Berrido
En sus poco más de 20 años frente a la Lidom, Leonardo Matos Berrido ha tenido sueños. También decepciones.
Antes de marcharse de su puesto quisiera ver más equipos en el circuito otoño-invernal del béisbol. “No quisiera irme de la Liga, sin poder yo mismo promover un par más de franquicias, que en vez de seis, fueran ocho”.
Eso sí, lanzó la advertencia de que, obviamente, tiene que haber condiciones socioeconómicas en la comunidad y gente que asuma la responsabilidad.
Explica que la gente cuando habla de una expansión se fija nada más en la cantidad de peloteros que tenemos y, así es, hay peloteros para 20 equipos probablemente, “ahora tenemos que ver en qué comunidades se dan las condiciones”.
Mayor decepción
“La situación más desagradable fue la que se presentó el año pasado con el equipo de San Francisco de Macorís”, recuerda Matos Berrido, presidente desde 1991. Los Gigantes estuvieron en crisis económica y “los acreedores” mantuvieron en tensión con varias llamadas a Matos Berrido. 
“Felizmente ocurrió lo que podía ocurrirle a esa franquicia después que apareció un grupo económico responsable que se hizo cargo”, dijo. “Para mí esa ha sido la situación más desagradable”, señaló. 
Por Carlos Sánchez / Diario Libre 

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