Leonardo Matos Berrido enfrenta su momento más bajo en 25 años en LIDOM
Aumenta rechazo a su propuesta de cambios en reglamentos
SANTO DOMINGO. Leonardo Matos Berrido vive el momento más bajo en su prolongada presidencia de un cuarto de siglo como jefe sin sombras en la liga de béisbol profesional dominicana (Lidom).
En el trayecto, ni el distanciamiento de su escritorio del estadio Quisqueya que representó fungir como embajador en El Vaticano y Taiwán, o dirigir el Banco Nacional de la Vivienda amenazó la autoridad absoluta de este político reformista con más de 60 años de vida pública sobre el mínimo movimiento en las oficina del organismo que monta el evento deportivo más importante del país, uno que mueve más de mil millones de pesos en tres meses y medio.
La seguridad de su continuidad ha sido tal, que desde que se instaló en la tercera planta del viejo parque ha condicionado sus reelecciones (lleva 11) a recibir el voto unánime, primero de los cinco equipos, y cuando los Gigantes ingresaron en 1996 de los seis.
El peso de su puño no le tembló desde su aterrizaje para imponerse con autoridad. De suspender y desterrar a Ernesto “Monchín” Pichardo, presidente histórico del Licey, a anular la influencia legal sobre la Lidom del Comisionado de Béisbol, su autoridad también se impuso cuando una crisis entre accionista amenazó con hundir a las Águilas en el caos, y allí impuso a Winston Llenas como jefe para poner orden.
Ni ha temido, ni ha encontrado quien lo enfrente o le tumbe el pulso a decisiones impopulares, como suspender al narrador Fernando Holguín “Rubio Blondie” por un comentario; a José Offerman de forma indefinida o a Ramón Naranjo, cuando era gerente azul.
Pero la introducción la semana pasada de un capítulo en los nuevos reglamentos que otorgaría al presidente de la liga poderes especiales hasta para quitar u otorgar franquicias abrió una pequeña grieta que puede terminar creando un abismo imposible de saltar hasta para un viejo zorro de la política como Matos, con habilidad para entrar en gobiernos morados y blancos.
Ayer, DL supo que la posición que en principio sólo encontró rechazó de Escogido y Licey sumó el apoyo de otras dos organizaciones.
Este desacuerdo provocó la cancelación de la reunión de ayer en la que se conocerían los nuevos estatutos con Matos insistiendo en que su aprobación también tiene que ser por voto unánime. Las elecciones en la Lidom están programadas para el mes de julio, y hasta la fecha, Matos es el único candidato.
A Matos, que no tuvo problema generacional para hacer la transición de manejar la liga con máquina de escribir a iPhone, se le atribuye crear las bases institucionales para la independencia económica de los equipos, y democratizar la distribución del talento a través de un sorteo de novatos (2001) que terminó con la hegemonía azul y amarilla de las décadas de 1990 y 2000.
Por Nathanael Pérez Neró
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