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Liga Campeones: Suárez contra el fantasma de su pasado

MADRID (AP) -- Como si fuera el "Cuento de Navidad" de Charles Dickens, la Juventus de Turín es el fantasma de las navidades pasadas de Luis Suárez.

El artillero uruguayo, que empezó la temporada sancionado por su mordisco a Giorgio Chiellini en el Mundial de Brasil, cerrará la campaña el sábado en la final de la Liga de Campeones contra dos futbolistas que han marcado su carrera: el propio Chiellini y Patrice Evra, al que supuestamente profirió insultos racistas en la etapa de ambos en Inglaterra.

Suárez tiene ahora la oportunidad de reivindicarse en la cancha.

"El partido es especial para Suárez, pero porque se trata de una final, no por el reencuentro con Chiellini y Evra", dijo el martes su compañero Javier Mascherano. "Eso está en el pasado. Luis ya tiene una edad y una trayectoria y es responsable de sus actitudes y de sus actos. No hay que decirle nada".

Suárez, de 28 años, ha eludido el tema de momento. Sus compañeros han restado importancia al incidente. El técnico del Barsa Luis Enrique aseguró que no ha gastado un solo minuto en preguntar a su jugador por estos episodios.

"Eso forma parte de la historia del fútbol y ya he comentado infinidad de veces que uno tiene derecho a equivocarse", señaló Luis Enrique. "Hemos hablado de la final de la Champions".

Berlín puede cerrar el controvertido círculo de Suárez en Europa. La final de la Liga de Campeones es el mejor escaparate para ajustar cuentas deportivas con sus detractores. Algunos críticos nunca le han perdonado ciertas actitudes dentro del campo. Sobre todo en Inglaterra.

Evra acusó a Suárez de insultarle con palabras racistas durante un clásico inglés entre Liverpool y Manchester United disputado en 2011. Suárez negó las acusaciones, pero la federación inglesa le impuso ocho partidos de sanción.

Cuando Manchester y Liverpool volvieron a verse las caras al año siguiente, Suárez negó el saludo a Evra. El supuesto incidente racista, que contó como única prueba con el testimonio del lateral francés, dejó muy tocada la reputación del uruguayo en el Reino Unido. Alex Ferguson, técnico del United entonces, declaró que Suárez era una "vergüenza" para un club como el Liverpool.

Y luego llegó el incidente del Mundial.

El mordisco a Chiellini en el partido entre Italia y Uruguay dio la vuelta al mundo. El árbitro no advirtió la infracción, pero las cámaras de televisión dejaban poco lugar a la duda. La sanción de la FIFA fue durísima: nueve partidos internacionales de suspensión y cuatro meses de inhabilitación para cualquier actividad relacionada con el fútbol, justo cuando se concretaba su traspaso al Barcelona.

Suárez abandonó la concentración de la Celeste en vísperas de los octavos de final del torneo, donde Colombia derrotó a Uruguay. Fue el peor momento de Suárez, quien admitió el error y ofreció disculpas. El uruguayo también aceptó someterse a un tratamiento para controlar sus impulsos dentro de la cancha.

"He tratado con personas y profesionales adecuados", explicó hace un año. "Cuando sucedió, estaba muy deprimido, no tenía ganas de hacer nada. Después, con mi mujer y niños, acepté la realidad, pedí perdón al jugador, al mundo del fútbol, a Uruguay".

"Es pasado", añadió.

La sanción no frenó su traspaso a España. Suárez se perdió el primer tramo de la temporada y reapareció lejos de su mejor versión en la derrota del Barsa contra el Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu.

El tiempo, la confianza, la mejora de su condición física y los cambios tácticos de Luis Enrique recuperaron al delantero de talla mundial. Suárez lleva 24 goles sin haber jugado casi un tercio de la competición y su alianza ofensiva con Lionel Messi y Neymar es la más goleadora del mundo, con 120 dianas.

Con la Liga y la Copa del Rey, Suárez aspira a conquistar su primera Liga de Campeones y el triplete. La sanción le deja fuera de la Copa América, pero el título europeo sería el broche soñado a una temporada que empezó lejos de las canchas y el recuerdo de un mordisco.

"Estábamos contentos desde que llegó por su compromiso y por lo que le da al equipo", dijo Luis Enrique sobre su delantero. "Estamos contentos de que sea un jugador determinante".

Las cámaras buscarán el sábado el saludo de Suárez con Evra y Chiellini antes de comenzar el partido. El francés no se ha pronunciado. Chiellini dijo que no le guarda rencor.

"Por supuesto que le daré la mano", dijo el lunes el central italiano. "Incluso lo abrazaré. No tengo ningún problema".

Por AP

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