El Big Papi David Ortiz, con ritmo de llegar a los 500 esta temporada
SANTO DOMINGO (R. Dominicana)- Con su cuadrangular 492 conectado en la noche de este miércoles ante los Indios de Cleveland, David Ortiz tiene a su favor el camino del resto de la presente temporada para convertirse en el quinto jugador dominicano en conectar 500 o más jonrones en las Grandes Ligas.
La proporción de cuadrangulares que lleva Ortiz en este 2015 es muy similar a la que ha conseguido durante su carrera 18 temporadas. Han sido 7,982 los turnos al bate de Ortiz desde que debutó como inicialista ocasional de los Mellizos de Minnesota en 1997. Sus 492 batazos de vuelta completa le otorgan un promedio de 1 cuadrangular cada 16 veces al bate.
Durante la presente temporada, el designado de los Medias Rojas ha conseguido sacar la bola del parque en 26 ocasiones en 407 visitas al plato, lo que le da un promedio de 1 cuadrangular por cada 15 turnos, un turno superior a su promedio de por vida.
A los Medias Rojas les restan 42 partidos para completar el calendario de 162. Ortiz promedia 4 turnos por encuentro, lo que indica que al dominicano le faltarían unas 168 oportunidades en el “home” en las que, de mantener su actual proporción de cuadrangulares, pudiera conectar 11, superando así los 8 que le restan para llegar a la prestigiosa marca de 500.
David, quien inició el 2015 con un ritmo de bateo pobre que provocó algunas críticas de parte de la prensa más irreverente de la ciudad de Boston, ha recuperado su ritmo jonronero en los últimos tres meses.
Una muestra de la recuperación de Ortiz han sido sus 11 cuadrangulares conectados en los últimos 23 juegos de los Medias Rojas, equipo que está prácticamente descartado en la lucha por la División Este de la Liga Americana, algo que puede jugar a favor de Ortiz que jugaría la recta final de la temporada regular sin ningún tipo de presión.
El carismático jugador se unirá a Sammy Sosa, Alex Rodríguez, Manny Ramírez y Albert Pujols como los únicos dominicanos en superar esa importante barrera que allana el camino que conduce a Cooperstown, lugar que ya no es la meta de David, sino su destino.
Por Raúl Bretón / 7Dias
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