El Poeta Miguel Batista sugiere a la familia de prospecto llevarlo a un quiropráctico

SANTO DOMINGO. Si se trata de una “desviación en huesos de la cadera”, entonces la situación del prospecto Christopher Martínez no es tan grave, según consideró el exlanzador de Grandes Ligas, Miguel Batista.

Martínez estuvo cerca de ser firmado por los Cachorros de Chicago, pero un examen médico determinó que el joven jugador de 16 años, nativo de Baní, presenta una desviación de huesos de la cadera. El estudio fue practicado por médicos de los Cachorros.

“Hay que buscar otra opinión médica”, dijo Batista, “porque si es una desviación eso se resuelve, no es una lesión tan grave”.

Los Cachorros le ofertaron al jugador hacerse cargo de la operación que ronda los 500 mil dólares, llevarse su familia para que lo acompañe en el proceso de recuperación y además firmarlo por 50 mil dólares, propuesta que fue rechazada por los padres de Martínez.

Con el fin de conocer otra visión, Batista plantea “ellos -la familia del jugador- deben de ir a un quiropráctico, que lo arregla en una semana, si eso fue lo que se reportó”.

Recordó la operación practicada a Bob Jackson, quien se lastimó de la cadera en 1991 y eso lo mantuvo fuera de juego por varios meses. Batista, quien jugó 18 años en las Grandes Ligas, mantuvo firme su sugerencia: “le aconsejo a la familia que lo lleve a un quiropráctico a ver lo que le dice”.

Batista es un conocedor de la rama de la quiropraxia, a la cual se inclinó desde el año 1994 cuando tomó clases privadas. “Si él no tiene dolor no es una gran cosa. Si tuviera una fractura, ya eso hay que pensarlo”, sostiene y precisa que “aquí hay muchos” quiroprácticos y bien puede ser tratado por un doctor en manipulación de coyuntura.

Explicó que la lesión de cadera es característica de bateadores de una mano y por eso se les aconseja que hagan “swing” a su otra mano con el fin de fortalecer ese lado y buscar un balance del cuerpo.

La lesión de cadera, amplía, es característica del bateador de una mano, ya que se registran pocos casos en los batean a las dos manos.

Por Carlos Sánchez G.