El Big Papi David Ortiz descubrió a los 25 años los aportes que podía brindar
Más de 500 niños han recibido la ayuda del jugador de Grandes Ligas
SANTO DOMINGO. Como todo jovencito, a los 15 años, David Ortiz luchaba por abrirse paso en la sociedad. A esa edad, lógico pensar, no sabía que se convertiría en un benefactor. “Pero a los 25 sí”, dijo Ortiz, luego del acto en el que el los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina, colocó el nombre del jugador de Grandes Ligas a la Unidad de Cardiología Pediátrica del Centro Cardiovascular de ese complejo médico en esta capital.
“A los 15 años, claro que no. Sabes que a los 15 uno lo que está batallando para ver lo que va a hacer. Pero a los 25 sí, de una vez (me dio cuenta)”, sobre las obras de filantropía que podía ejecutar. A los 25 años el salario de Ortiz, refleja baseball-reference.com, era de 260 mil dólares. Eso fue en 2001. Y a esa fecha no había tenido un contrato millonario en moneda estadounidense. Cuatro años más tardes, en 2005, comenzó el compromiso de Ortiz y ya para esa ocasión estaba en su tercera temporada con sueldo millonario.
El centro cardiovascular de Cedimat es completamente moderno, ubicado en un edificio de siete pisos recién inaugurado, mientras que la Unidad Cardiovascular Pediátrica David Ortiz fue inaugurada este viernes.
Todo eso gracias a sus jonrones disparados en Grandes Ligas (503 y contando), los que ayer confesó, que no son los que más satisfacción les brinda. “Que designen esta sala con mi nombre es algo que me da mucha satisfacción, porque los jonrones que hemos dado aquí son muchísimo más mejores y me llenan de más orgullo que los mismos que he dado en el terreno”, dijo Ortiz, quien destapó aplausos por esas palabras. “Los jonrones que uno da en el terreno son jonrones que uno se los goza en un momento, pero cuando tú salvas una vida, eso lleva una eternidad”.
Es así. Padres y madres que estuvieron allí presentes agradecieron la labor de Ortiz, como Sergio Fortuna, padre de Brian Alexander Fortuna Ogando, de tres años y quien le ha dicho al jugador de Grandes Ligas que quiere seguir sus pasos. “Lo que más le gusta es la pelota”, dice el padre y agrega: “primero a Dios, no tengo como agradecerle a David, se merece mucha vida y salud”.
Es lo que le desean al jugador que se ha sensibilizado por 10 años con más de “500 niños” a los que ha ayudado en ese tramo, algo de lo que se dio cuenta que podía hacer por su calidad de juego. “La carrera de uno y uno viene de barrio, men”, dice, “uno sabe que hay mucha gente en el barrio que necesita ayuda”.
Desde 2005, Ortiz se unió a CEDIMAT, convocado por el periodista Leo Corporán.
López Rodríguez
“Hay mucha gente en el país, lo sabemos, que no tiene posibilidad ninguna, si no es gracia a la caridad ajena de ser atendido y mucho más atención cualificada”, señaló el presidente del patronato de CEDIMAT, monseñor Nicolás de Jesús cardenal López Rodríguez.
Con esas palabras agradeció a Ortiz por su generosidad y dejó saber que anualmente celebra una misa en el centro por petición del jugador.
Nadie, destaca, “discute” ni “duda” los problemas “serios, gravísimos” de salud existentes en el país y es por esa razón que mostró su satisfacción que haya dominicanos “como en el caso de David”, pero deseó que otros también se unan a esa causa.
La unidad es dirigida por la doctora Janete Toribio, jefa de cardiología; el doctor Juan de los Santos, jefe de cirugía cardiovascular pediátrica y la doctora Carisa Nieves, jefe de la unidad de cuidados intensivos cardiovascular pediátrica.
Por Carlos Sánchez G.
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