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Las Águilas Cibaeñas, obligadas a ganar 16 partidos para llegar a .500

En 15 ocasiones se ha llegado al round robin con récord negativo
SANTO DOMINGO. Más que ganar la serie regular, lograr 25 victorias, o el 50% del calendario, es la meta simbólica que se trazan las seis novenas para aspirar a la postemporada cuando arranca la campaña de béisbol otoño-invernal. En 29 años de round robin, sólo un equipo que ha jugado para .500 se ha quedado fuera de la etapa semifinal, las Águilas del 2009-2010.

Desde anoche, el conjunto cibaeño comenzó una carrera contrarreloj para perseguir con más presión esa cifra, tras jugar el ecuador de su calendario. Al llegar a la jornada de ayer con apenas nueve triunfos en 25 encuentros, las Cuyayas tienen que ganar 16 juegos para culminar en .500.

Sin embargo, para tranquilidad u optimismo de los seguidores aguiluchos, sobran los casos de equipos que no necesitaron jugar con porcentaje positivo para alcanzar los playoffs. Desde 1986-87, cuando la Lidom instauró el actual formato de postemporada hay 15 equipos que han clasificado con marca negativa, lo más recientes Toros del Este en el curso pasado cuando avanzaron con 24-26.

Regularidad

Una racha de seis reveses y otra de cuatro tienen a los 20 veces campeones mirando hacia arriba en la tabla de clasificación para ver al resto de los equipos, lo que costó el primer despido de entrenador en un torneo en el que esa posición es de las menos seguras.

Las Águilas han logrado dos cadenas de tres triunfos que no han sido suficientes para el remonte, si bien figuran a cuatro partidos de la clasificación y a cinco del primer lugar.

Casi la mitad de las derrotas (7) se han producido por diferencia de una carrera, y los encargados de cerrar han desperdiciado siete ventajas, dos informaciones que atribuyen al relevo con una elevada cuota de responsabilidad en los resultados.

Si bien Tony Peña hijo (TJ) es señalado como el gran responsable del fracaso del relevo con su 3.48 de efectividad y 1.74 de WHIP (transferencias y hits por entrada) no es el único que ha fallado.

El WHIP es un indicador que suele ser considerado por encima la efectividad para evaluar el desempeño de un relevista dado que estos trabajan menos entradas que los abridores y una pobre salida requeriría de una cantidad de capítulos para repararlos que estos no tienen con facilidad como ocurre con quienes inician los choques.

El WHIP de Darío Álvarez trepa los 1.76 (el límite para considerarse malo es 1.30) en 5.2 entradas, el de Frank Batista llega a 1.61 en 9.1 capítulos, el de Neifi Ogando a 2.45 en 3.2, el de César Cabral a 1.91 en 3.2, el de Ricardo Rodríguez a 1.88 en 2.2 y el de José Adames a 2.25 en 2.2.

Con 161 hombres que han pasado por el montículo, la escuadra con sede en Santiago de los Caballeros también es líder, de acuerdo con beisboldata.com.

Sin embargo, ese mismo relevo intermedio ha mantenido 24 ventajas (holds), líder en el circuito. Sólo un abridor aguilucho ha conseguido victoria (Ángel Castro) y ocho de las 25 aperturas han sido de calidad, por delante de Estrellas (7) y Gigantes (5).

Los bates han respondido. Las Águilas son líderes en bateo colectivo (.266) e imparables (229), en veces al bate con corredores en posición de anotar (189) y terceros en carreras anotadas (98).

Por Nathanael Pérez Neró 
NPerez@diariolibre.com

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