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A Vólquez le duele tanto la pérdida de su padre, que borró su número de celular

REDACCIÓN. La figura paterna de Daniel Vólquez permanecerá imborrable en la mente del lanzador Edinson Vólquez, quien fue puesto a prueba al tener que enfrentar la muerte de su padre en un momento grande de su carrera como lanzador.

Vólquez se hizo cargo del primer partido de la Serie Mundial de 2015, la cual ganó su equipo, los Reales de Kansas City sobre los Mets de Nueva York. Su padre, Daniel, no lo pudo ver ni en ese, ni en el segundo partido.

Tan marcada está su papá, que borró su número y nombre de su celular, por considerar que es muy doloroso encontrase con esos dígitos y caer en cuenta que su progenitor ya no está.

En su primer partido, Vólquez lanzó seis entradas completas de tres carreras limpias, un boleto, tres ponches y un jonrón permitido. Realizó 78 lanzamientos, de los que 53 fueron strikes. Aunque no obtuvo decisión, ni en ese ni en su segunda apertura, Vólquez lanzó buen béisbol y los Reales ganaron en ambas ocasiones y en entradas extras. A su salida del primer compromiso dejó el juego empate 3-3 y el juego finalizó 5-4.

En ese trayecto, mientras lanzaba, su padre fallecía antes de que el hijo ocupara el montículo para el primer pitcheo de ese juego.

“Siempre se siente, especialmente durante los días de fiesta, cuando él estaba siempre con nosotros “, dijo Vólquez, de 32 años, sobre su padre, en una conversación con el diario USA Today. “Eso nunca desaparece y nunca lo olvidarás a él, pero hay que aprender a lidiar con ella y vivir tu vida sabiendo que no lo tienes a él. Lo más importante es sentir como si estuviera siempre a tu lado, que no se ha marchado”.

Justo el día antes de que Vólquez lanzara el primer juego de la Serie Mundial, padre e hijo habían hablado de su inicio. Edinson, el más joven de cuatro hijos y el único varón, compartió un estrecho vínculo con su padre forjado a través de béisbol, dominó y viajes de familiares por largos días a la playa. Su padre falleció a los 63 años.

Según el USA Today, Daniel Vólquez, quien trabajó mecánico, se había sometido a una cirugía de hernia alrededor de una semana antes de la Serie Mundial, pero sonaba sano cuando él y Edinson hablaron por última vez la noche antes del juego 1. “Me dijo que estaba bien, con ganas de ver el partido”, dijo Vólquez. “Estaba muy contento y orgulloso de que yo fuera a lanzar ese juego. Fue un sueño hecho realidad”, dijo Vólquez.

Vólquez no estaba seguro de si iba a ser capaz de volver del entierro a tiempo para el inicio del juego 5 en el Citi Field de Nueva York, pero su madre, Ana, le dijo en la funeraria que su padre hubiera querido que lanzara. Así que acordó con un amigo para practicar y llamó al coach de pitcheo, Dave Eiland, diciéndole que estaría listo.

En su segunda apertura volvió por seis entradas completas, aunque dijo sentirse tan enfocado que era capaz de lanzar 20 episodios. En sus seis actos, permitió cinco hits y dos carreras y ponchó nueve; realizó 111 lanzamientos de los que 76 fueron strikes. El partido terminó en 12 episodios, con los Reales haciendo un racimo de cinco vueltas en la parte alta del décimo segundo acto para asegurar el triunfo 7-2. Y así se llevaron el título de la Serie Mundial.

Vólquez pasó la temporada muerta de vuelta a casa en la capital dominicana de Santo Domingo, donde su madre seguía luchando con la pérdida. Él despertaría algunas mañanas y quería llamar a su padre, luego se daba cuenta de que ya no estaría cerca, pero encontró consuelo en la compañía de su esposa, Roandry, y sus hijas gemelas, y Eylin y Aylin, de dos años de edad.

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