Tampa, FLORIDA - Starlin Castro tiene apenas 25 años de edad y ya cuenta con seis temporadas de experiencia en las Grandes Ligas, todas con los Cachorros de Chicago.
Castro ha aprendido a hacerse hombre jugando en las Grandes Ligas tras firmar un bono profesional a los 16 en su natal Monte Cristi.
Los problemas, sin duda alguna, han aparecido en algunos momentos.
Y las críticas por desconcentrarse en el terreno de juego también se hicieron sentir con saña en sus años con los Cachorros.
Ahora con los Yanquis de Nueva York, que lo adquirieron en un cambio durante el invierno, Castro luce más maduro, con los pies sobre la tierra y más que nada, consciente de las responsabilidades que tendrá como segunda base de la organización más famosa de la pelota de Grandes Ligas.
“Las críticas no me marcan. Son cosas que pasan, pero no hay excusas que poner. Los errores mentales que uno comete los paga, pero cada año uno va aprendiendo y cogiendo experiencia para evitar esos errores”, dijo Castro al conversar con redactores de Hoy durante la cobertura especial de los entrenamientos de primavera de las Grandes Ligas en la Florida.
Castro está cumpliendo un contrato de ocho años y US$60.57 millones que termina en el 2019.
El dominicano se siente contento por la oportunidad que tiene con los Yanquis, donde ahora jugará como el segunda base.
“Me siento muy bien, agradecido y contento de tener una nueva oportunidad, ya que pasé toda mi carrera en Chicago y una nueva oportunidad es bueno para mí y ahora estoy tratando de adaptarme y conocer a mis compañeros”, dijo.
Desde ya sus compañeros de equipo le tienen un apodo junto al torpedero Didi Gregorius. Ellos son conocidos como Batman y Robin dentro del clubhouse.
“Los compañeros nos llaman Batman y Robin. Desde que llegamos la meta es ser la mejor combinación de dobles matanzas de la liga. Es una meta que tenemos Didi Gregorius y yo, tratamos de conocernos más y de hacer lo que se necesita”, dijo.
Por Dionisio Soldevila
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