Julio César Urías no está listo para Grandes Ligas; Dodgers tienen algo de culpa
Mexicano, zurdo y con los Dodgers de Los Angeles, llegó con la aureola de ser nuevo el Fernando Valenzuela, pero al menos por ahora, no ha pasado de ser un engañoso espejismo.
A sus 19 años, la misma edad con la que debutó Valenzuela, Julio Urías despertó expectativas demasiado altas, pero dos salidas han bastado para hacerle saber al muchacho que no está listo para las Grandes Ligas.
Debutó el pasado viernes 27 de mayo ante los New York Mets y apenas pudo sostenerse 2.2 innings en la lomita, tras ser castigado con tres limpias y cinco hits, al tiempo que mostró un descontrol severo y regaló cuatro pasaportes.
Su segunda apertura, este jueves ante los Cachorros de Chicago, fue un poco más larga, de cinco episodios. Y aunque sólo otorgó un pasaporte, recibió palos a granel, incluidos tres cuadrangulares.
Después de sus dos primeras aperturas al más alto nivel, su efectividad anda disparada por 9.39 y en buena lid debería bajar nuevamente a las Menores a pulir el diamante en bruto que es.
A su favor hay que decir que los Dodgers han sido abusadores con el jovencito, pues lo han tirado literalmente a los leones: los Mets y los Cachorros son dos de los mejores equipos del momento. De hecho, fueron los que disputaron hace menos de un año la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, en busca del boleto a la Serie Mundial.
Eso no se hace. Al principal prospecto de la organización hay que saber llevarlo de la mano.
Debieron haberle dado la pelota ante equipos menos calificados, como los Bravos de Atlanta o los Milwaukee Brewers, para que fuera aclimatándose gradualmente a los rigores de la exigente competencia.
O quizás sacarlo desde el bullpen en sus primeras oportunidades, para que fuera ganando en confianza.
Para un chico tan joven, la experiencia puede resultar traumática y descarrilar un futuro que parece muy prometedor.
Recordemos a Joba Chamberlain, elegido por los Yankees de Nueva York Yankees en la primera ronda del draft del 2006.
Sin haber madurado lo suficiente en su carrera y resultados brillantes como relevistas, los hermanos Steinbrenner se empecinaron en convertirlo en abridor y ya hoy nadie se acuerda de él como la gran promesa que un día fue.
Ahora es un simple relevista itinerante del montón, con actuaciones inestables que a ratos muestra destellos de lo que pudo ser.
Ojalá que Urías logre reponerse al duro despertar que tuvo en la última semana y consiga algún día imponer en la Gran Carpa el dominio que ha exhibido desde que debutó en las Menores a los 16 años en el 2013.
Que regrese cuando esté listo, pero que lo haga como Julio Urías, no como un Fernando Valenzuela II, porque el Toro fue uno solo.
Por Jorge Morejón / ESPN Deportes
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