Header Ads

Los #1 del NBA Draft que acabaron en fracaso

Cuando tienes más de 60 candidatos entre los que elegir, seleccionar al mejor no es tarea fácil. Además, competir contra gente prácticamente de tu misma edad no es lo mismo que salir a la ‘jungla’ de la mejor liga del mundo. Algunos jugadores explotan antes, pero otros llevan mejor ese salto a la élite profesional. Solo así se explica que Michael Jordan no fuera el #1 de su Draft -fue la tercera elección-, que seis jugadores fueran seleccionados antes que Stephen Curry o que Kobe Bryant fuera el #13 de su promoción -si bien es cierto que el Draft de 1996 se recuerda como uno de los mejores de la historia.

A lo largo de los años, varios jugadores que llegaron a la NBA como indiscutibles #1 y con el cartel de ‘the next big thing’ se han quedado por el camino. Particularmente curioso es el caso de Portland Trail Blazers, una organización que parece sufrir una maldición en el Draft. En 1972, los de Oregon escogieron a LaRue Martin en primer lugar justo por delante de Bob McAdoo en un Draft en el que Julius Erving fue #12. Este pívot había acaparado gran atención después de haber conseguido frenar a Bill Walton, la estrella de UCLA, con la que compartió equipo en su corta carrera en la liga. Martin apenas jugó cuatro temporadas, en las que los Blazers no lograron meterse en Playoffs y en las que promedió unos pobres 5.3 puntos y 4.6 rebotes. En el primer año después de su retirada, Portland ganó el anillo con Walton como MVP de las Finales.

En 1984, los Blazers seleccionaron a Sam Bowie como #2 después de que Houston Rockets hubiera elegido a Hakeem Olajuwon. Bowie, también pívot, fue elegido en el mejor quinteto de rookies del año. Jugó 76 partidos, pero su temporada acabó antes de tiempo por una fractura en la tibia izquierda que ya había sufrido en su etapa universitaria y que luego volvió a padecer en otras dos ocasiones en la pierna derecha. En cualquier caso, el problema no era el propio Bowie, sino que en aquel Draft del 84, justo después de él, Chicago Bulls eligió a Michael Jordan. Lo que podría haber logrado Bowie si las lesiones le hubieran respetado nadie lo sabe. En cambio, el legado de Jordan es historia.

Por último, está el caso de Greg Oden. El que fuera número 1 del Draft de 2007 estaba llamado a ser el próximo gran center dominante. Se le llegó a comparar con Bill Russell y en su único año en el baloncesto universitario Steve Kerr habló de él como esa clase de jugador que aparece solo una vez cada década. Sin embargo, las lesiones cortaron su carrera hasta el punto de que ha tenido que colgar las zapatillas con tan solo 28 años y 105 partidos a sus espaldas. “Seré recordado como el mayor pufo de la historia de la NBA”, dijo tras su retirada. Para colmo, los Blazers no solo se quedaron sin comprobar el verdadero potencial de Oden, sino que dejaron ir a Kevin Durant, elegido como #2 por Seattle Supersonics.

Otros #1 que no estuvieron a la altura

Anthony Bennett, seleccionado en 2013 por Cleveland Cavaliers. Fue una sorpresa en un año en el que tampoco había ningún jugador que sobresaliera. Pasó las últimas semanas antes del Draft recuperándose de una intervención quirúrgica que le impidió participar en los habituales entrenamiento previos a la cita. El General Manager de la organización, principal responsable de su elección, fue despedido a mediados de enero. Solo ha sido titular en 3 partidos desde su aterrizaje en la NBA y su mejor temporada ha sido de 5.2 puntos y 3.8 rebotes, en Minnesota Timberwolves. Después de un paso gris por Toronto Raptors, este año trata de hacerse un hueco en Brooklyn Nets.

Kwame Brown, elegido en 2001 por Washington Wizards. Considerado el mejor jugador de high school de su generación, llegó a la NBA sin siquiera pasar por la Universidad. Los Wizards, entonces con Michael Jordan como presidente, confiaron en él por delante de jugadores como Pau Gasol, Joe Johnson, Tony Parker o Gilbert Arenas. Fue de menos a más en Washington, donde en su tercera temporada cuajó los mejores registros de su carrera: 10.9 puntos y 7.4 rebotes. Sin embargo, también tuvo problemas con el propio Arenas además de con el entrenador, Eddie Jordan, antes de poner rumbo a Los Angeles Lakers. Jugó 12 años en la liga, en los que nunca confirmó las expectativas que un día se pusieron en él.

Michael Olowokandi, elegido en 1998 por Los Angeles Clippers. La franquicia angelina no se clasificó para la postemporada en ninguna de las cinco campañas en las que este pívot nigeriano formó parte de su plantilla. Venía de ser nombrado jugador del año en la Big West Conference del baloncesto universitario y fue elegido por delante de grandes estrellas de la liga como Dirk Nowitzki, Vince Carter y Paul Pierce. El apartado taponador fue su punto fuerte, ya que las medias de su carrera en puntos (8.3) y rebotes (6.8) distan mucho de las de un pívot de época.

Joe Smith, seleccionado en 1995 por Golden State Warriors. Estrella universitaria tras promediar 20 puntos y 10 rebotes en sus dos años en Maryland, no logró trasladar esa dominancia a la NBA, donde su mejor temporada, en su año sophomore, registró 18.7 tantos y 8.5 capturas. Jerry Stackhouse, Rasheed Wallace y Kevin Garnett fueron algunos de los jugadores que quedaron a la sombra de Smith en aquel Draft.

Pervis Ellison, elegido en 1989 por Sacramento Kings. Su mote de ‘Never Nervous Percis’ tornó en ‘Fuera de Servicio Pervis’ por las constantes lesiones que marcaron su carrera. Tuvo dos buenos años en Washington Bullets (18.7 puntos y 10 rebotes por partido) pero ahí quedó todo. Los Kings renunciaron a Glen Rice, Tim Hardaway, Shawn Kemp o Vlade Divac, entre otros, por un jugador que apenas disputó 34 partidos en Sacramento.

Art Heyman, escogido en 1963 por New York Knicks. Uno de los mejores jugadores en la historia de la Universidad de Duke se estrelló en la Gran Manzana. Terminó con un récord de 74-166 las tres temporadas en las que jugó como knickerbocker antes de marcharse a la ABA. En el camino de los Knicks quedó Nate Thurmond, #2 de ese Draft, que a la postre fue Hall of Famer.

Gene Melchiorre, elegido en 1951 por Baltimore Bullets. Un caso menos conocido por lo lejano en el tiempo, pero digno de aparecer en este listado. Estuvo envuelto en un escándalo de amaño de partidos durante su época universitaria por el que se le pedía tres años de prisión, pero tras reconocer su implicación en el caso y cooperar con el juez, se anuló esta sentencia. Sin embargo, nunca llegó a jugar un solo partido en la NBA, el único #1 de un Draft con este más que dudoso honor.

Fuente: Basket4us.com

No hay comentarios.

Con tecnología de Blogger.