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Jonathan Villar, el robador atípico al que la confianza confirma su potencial

SANTO DOMINGO. Cualquier lanzador, receptor o dirigente que no haya leído el scouting report de Jonathan Villar y lo juzga por su corpulencia puede pagar caro ese prejuicio alegre.

Con 215 libras, este infielder vegano excede por decenas de kilos el patrón de los robadores de bases compulsivos, pero tiene un instinto felino que combina con unas piernas que le permiten alcanzar hasta las 20 millas por hora entre primera y segunda y así vencer el disparo de un receptor que viaja a 77 millas y que llega en 1.99 segundos del home a la base.

En su primera temporada que supera los 87 partidos en las Grandes Ligas Villar, de 25 años, se impuso al veloz Billy Hamilton (que con 160 libras acelera a 22 millas entre la inicial y la intermedia) por el título de robos en toda la MLB (62 a 58).

Usain Bolt corrió a 27.8 mph entre los 60-80 metros en 2008 cuando implantó el récord actual de los 100 metros (9.58) en Pekín, China.

Pero si bien la velocidad es su principal activo, en 2016 se vio ese Villar que entró a la lista de los grandes prospectos en 2010 como número dos de los Astros según Baseball America, apenas dos años después de que los Filis lo firmaran por US$105 mil cuando tenía 17.

El nativo de Barranca bateó .285 con .369 de porcentaje de embasarse, 63 remolques, 92 anotadas, 168 imparables y se quedó a un cuadrangular para convertirse en el cuarto jugador en la historia que dispara 20 jonrones y supera las 60 estafas, club que integran Rickey Henderson, Joe Morgan y Eric Davis.

Villar, en el Big Show desde 2013, tiene una sola palabra para definir ese cambio: Confianza.

“En el momento que me dieron la libertad, me dijeron ‘juega tu juego, vas a jugar todos los días’, me dieron la confianza, ‘haz lo que tú sabes hacer’, la misma confianza que no tuve en Houston”, dice Villar a DL.

Los Astros seleccionaron al puertorriqueño Carlos Correa en 2012 como primero en el draft y desde entonces se sabía que era cuestión de tiempo para que se le entregue la posición seis, la original de Villar.

“En Houston nunca me decían lo mismo. Claro, era una situación en la que el gerente (Jeff Luhnow) fue quien firmó ése pelotero, sabes que la fanaticada lo pedía y todo eso y no la misma situación, ¿entiendes? No me daban la confianza que yo podía hacer lo que podía, lo mismo que hago aquí, que es jugar mi rapidez, robar mis bases, hacer el pequeño juego que lo sé hacer, no me dieron esa confianza”, explicó Villar, que en 2015 jugó en segunda, tercera, campo corto, jardín derecho, central y de bateador designado.

En Milwaukee Villar es parte del relanzamiento de un nuevo proyecto en el que le han asignado la intermedia. El prospecto venezolano Orlando Arcia tiene el campo corto.

Ni toma ni maneja solo
Asimilar las muertes de Yordano Ventura y Andy Marte le costó tanto que no lo creyó hasta que los vio en los féretros. Igual experiencia vivió cuando Óscar Taveras falleció también en accidente de auto en 2014 y el cubano José Fernández en septiembre pasado.

Su cuenta de Instagram está adornada con gráficas compartiendo con amigos, su niña, jugando cartas y dominó, en un concierto del rapero Drake, dentro del camerino de las Águilas y varios collages con Ventura, Taveras y Fernández, a este último le rindió tributo en la goma que se coloca en los pómulos.

“Soy un poco diferente, nunca me ha gustado tomar, nunca he tomado y eso es importante. Nunca he andado solo, siempre ando con un compañero, el que anda solo aunque no esté borracho puede llegar un momento en el que puede estar cansado, se puede dormir y esas situaciones son las que preveo que nunca me pasen”, explica sobre las precauciones que toma.

“Me divierto con los compañeros, cocinando, jugando dominó, ‘que ellos tomen’, me siento bien porque la están pasando bien, ya que no puedo compartir con ellos por lo menos me tomo mi jugo y ellos saben que es la mejor cuestión para mí. A veces le digo, ‘quiero tomar un poquito para sentirme entre conjunto’, pero ellos me dicen que no, que me ven mejor así de esa manera. Ya parte mía que nunca he tomado, me gusta por la forma en que ellos me tratan”.

“Estafadores”

Villar logró el décimo título de robo dominicano en las Grandes Ligas. Franklin Taveras abrió la cuenta en 1977 con 70 para los Piratas, le siguió Quilvio Veras con 56 en 1995 con los Marlins, luego Luis Castillo ganó con 62 estafas en 2000 y 48 en 2002 para los Marlins, más adelante Alfonso Soriano hurtó 41 en 2002 para los Yanquis, Willy Taveras alcanzó 68 en 2008 para Colorado y José Reyes se llevó los cetros en 2005, 2006 y 2007 con 60, 64 y 78, respectivamente para los Mets.

Por Nathanael Pérez Neró / Diario Libre 

NPerez@diariolibre.com

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