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La Serie del Caribe ha superado distintas crisis durante seis décadas

SANTO DOMINGO (R. Dominicana)- Pocos eventos latinoamericanos pueden vanagloriarse de haber cumplido medio siglo, un hecho que resulta aún más significativo cuando  se recuerdan todas las dificultades que han sido superadas durante ese período de tiempo. Hubo momentos en lo que se planteó su desaparición, pero siempre surgieron soluciones que han hecho posible su permanencia.

Se reconoce como primer antecedente de estos clásicos caribeños una Serie Interamericana ideada por un empresario venezolano llamado Jesús Corao, quien quiso aprovechar el creciente auge de este deporte en su país. 

Sucedía el 18 de octubre de 1946, con la participación de los equipos Sultanes de Monterrey, de México; All Cubans, de Cuba; el conjunto local Cervecería Caracas, por Venezuela, además de los Bushwicks de Estados Unidos, que finalmente salieron airosos.

Este éxito de la Serie Interamericana entusiasmó a los empresarios venezolanos Oscar Prieto y Pablo Morales, quienes idearon la creación de la Serie del Caribe. El 21 de agosto de 1948 en La Habana, Cuba, se firmó el acuerdo para crearla, los equipos de Venezuela (Cervecería Caracas), Panamá (Refresqueros de Spur Cola), Puerto Rico (Indios de Mayagüez) y Cuba (Alacranes del Almendares) conformaron la cuarteta que dio inicio a este clásico caribeño, ya como Serie del Caribe, rotando la sede y se escogió la ciudad de La Habana para escenificar la primera en febrero de 1949.

Esa primera etapa, que dio raíces al evento al lograrse éxitos cada año, terminó abruptamente en 1960, cuando la Liga Cubana se vio imposibilitada de cumplir el compromiso de celebrar el clásico de 1961. La Serie continúo en Caracas con una segunda etapa que se extiende desde 1970 hasta nuestros días, con la participación de los equipos campeones de las ligas profesionales que integran la Confederación de Béisbol del Caribe.

A lo largo de todos estos años, la Serie del Caribe ha tenido que afrontar problemas económicos y organizativos que han colocado en peligro su realización. En 1974, Venezuela no asistió debido a problemas entre los dueños de equipos y los jugadores. Siete años después, en 1981, fue cancelada al no llegar a un acuerdo sobre la participación económica de los jugadores. En las décadas 80 y 90, se vio afectada la secuencia de sedes. México salió al rescate presentando siendo varias veces el país  anfitrión y también realizaron dos alocados ensayos en Miami, en el Orange Bowl (1990) y el estadio Bobby Maduro (1991), con poco éxito deportivo.

Por Daris Ramírez / 7 Días 

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