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Pedro Martínez: “Nunca pensé estar aquí. Miro más el 91% que el 9% no votó”

NUEVA YORK. “Estoy extremadamente honrado con haber sido seleccionado, punto. Sin que nadie piense sobre el monto de votos que pude tener, estoy agradecido y agradezco a todos los votantes. Si hubiese sido con el mínimo (75%) lo hubiese aceptado”.

Con estas declaraciones Pedro Martínez quiso acabar ayer con el tema del porcentaje de votos que logró para ingresar al Salón de la Fama (91.1%, al conseguir 500 de 549) durante la rueda de prensa oficial en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York.

Martínez entiende que el 9% de los votos que no recibió es “una pequeña porción”, y dijo que no le preocupa. “Para nada. Nada puede estropear el sentimiento que tengo. Nunca esperaba estar en el Salón de la Fama. Miro más el 91% de los que votaron por mí”, dijo Martínez junto a Randy Johnson, John Smoltz y Craig Biggio.

Bajo las reglas del Hall of Fame las boletas no se hacen pública al menos que los integrantes de la BBWAA así lo deseen. Hasta ayer, aproximadamente la mitad de las papeletas habían sido reveladas.

Como a menudo hace, Martínez se robó el show en la conferencia de prensa de ayer. Reveló que visitó el templo de la inmortalidad en Cooperstown cuando era un joven con los Expos para aprender más sobre el juego.

“No pude evitarlo. Siempre he sido un tipo que le gusta investigar, aprender y ver historia. Me impresionó todo lo que vi en Cooperstown. Mis ojos se pegaron de todas las estatuas, todas (las placas) de todo el mundo”, dijo Martínez.

Martínez se aseguró de ver la placa de Juan Marichal, que para entonces era el único dominicano allí. También le impresionaron los pequeños guantes de la era de la bola muerta y el tamaño de los bates viejos sin “mango”.

“Realmente fue interesante. Estoy extremadamente honrado con regresar, y ahora ser parte de él, y ser visto como una cabra vieja”, dijo Martínez en broma para mirar a sus tres compañeros con risa, y decirles: “En eso es en lo que nos convertimos, en cabras viejas” en referencia a las estatuas de los inmortales.

Pedro narró otro cuento de su juventud sobre obtener un caro autógrafo del inmortal Reggie Jackson.

Como un prospecto de 19 años en la organización de los Dodgers lanzaba en clase A corta en Bakersfield. Llamó a su hermano mayor, Ramón, quien lanzaba para los Dodgers para entonces, y supo que sólo estaba a una hora de Los Ángeles.

Ramón envió un amigo a recoger a Pedro y cuando llegó al Dodgers Stadium entró a una subasta de memorabilia donde gastó todo el dinero que tenía (US$250) en una bola autografiada por Jackson.

Martínez involuntariamente ofreció los US$250 por la pelota, y nadie lo alcanzó. A él le gustaba el estilo de Mr. Octubre.

También habló sobre su experiencia jugando en Nueva York. Dijo que los fanáticos de los Yanquis trataban de intimidarlo.

“Realmente eran bueno en eso. Querían intimidarte, pero en lo profundo de sus corazones ellos aprecian el béisbol; aprecian todo lo que hace. Reconocen las grandezas”.

Martínez también jugó cuatro años con los Mets.

“Queens es un poco diferente. Ellos son salvajes, ellos son felices (pero) pero se adaptan a lo que tienen. Los fanáticos de los Yanquis no. ¡Ganar o muerte! Te van a abuchear y te van a llamar, ‘¿quién es tu papá?’”.

Por Nathanael Pérez Neró

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