El Quisqueyano Pedro Martínez comparte con estudiantes de Filosofía de Harvard
BOSTON. La algarabía y expectativa inundaron el salón Sever de la Universidad de Harvard, cuando cientos de jóvenes de la facultad de Artes y Ciencias asistieron a escuchar las palabras de una figura poco convencional en el haber filosófico: al expítcher Pedro Martínez.
El pasado martes 17 de noviembre, el profesor Michael Sandel, junto a un equipo de la Universidad de Harvard, recibió al exaltado al Salón de la Fama, con quien sostuvo una sesión de preguntas y respuestas por horas y media con estudiantes de la carrera de Filosofía.
El evento estuvo auspiciado por la Fundacion de Harvard y la facultad de Artes y Ciencias. El profesor Sandel goza de gran fama y estima en el circulo académico de Harvard y de la ciudad, por ser un catedrático y autor de múltiples libros en temas de justicia y bien común.
Las preguntas de la noche giraron en torno a la tenaz y ardua trayectoria de Martínez hacia las grandes ligas, el contraste y equilibrio de una personalidad competitiva en el terreno y juguetona fuera de la disciplina deportiva, sus valores familiares y espirituales, el secreto detrás su éxito, entre otras.
“Muy flaco, chiquito, bajito”
Martínez confesó por primera vez porqué lanzaba con la seguridad y coraje que lo caracterizaba.
En un escrito publicado por el Harvard Gazette, se describe a Martínez como un “mago feroz y astuto que intimidaba a los bateadores con lanzamientos inmisericordes, pero fuera del terreno irradiaba puro gozo, como un bromista juguetón con el alma de un poeta”.
“Me gustaba bromear y mantener mis compañeros relajados. Pero el día que me tocaba lanzar, sobre mi recaía la responsabilidad”, expresó Marínez.
Los estudiantes estaban entusiasmados al escuchar de primera mano las experiencias de Pedro en aquellos inolvidables juegos. El salón completo estaba reviviendo sus participaciones y méritos.
“Aun estoy esperando respuesta de Francona de mi participación como relevista en aquel juego de playoffs del 2004, yo mismo no sé porqué lancé”, respondía Martínez de manera chistosa.
Una comunicación de prensa dice que el público disfrutó con atención ininterrumpida la disertación del expítcher acerca de otros temas de línea existencialista como la apreciación de la naturaleza, los desafíos de la tecnología, su interés por la medicina y otras lecciones de vida. Jóvenes inspirados, hambrientos, sorprendidos y entretenidos aguardaron hasta el final para tomar fotografías y autógrafos del carismático dominicano.
Finalmente Martínez se despidió, exhortando a los jóvenes a absorber todo lo que puedan aprender.
Todo el salón en pie, aplaudió efusivamente a un Pedro que ha trascendido del terreno atlético al académico.
Al despedirlo, el profesor Sandel y el moderador no despidieron a Martínez como el extraordinario lanzador, sino que lo llamaron el profesor.
“Usted tiene capacidad para ser el profesor Pedro, así que de esa forma lo llamaremos. “Gracias, profesor”, expresó el catedrático Sandel.
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